domingo, 3 de marzo de 2024

El ser Docente Investigador.

 El mejoramiento personal del docente en la Venezuela del siglo XXI, situándose en la post pandemia y en la práctica cotidiana de la realidad Venezolana Latinoamericana y Mundial, con poca motivación salarial en un mercado competitivo con fuerte recesión económica, se torna insurgente pues el que asume con profunda entrega personal y grupal, el reto de mejorar o por lo menos no desmejorar el ejercicio de la profesión docente, demuestra a nuestro entender su vocación de servicio. En el abordaje colectivo del  ¿por qué? Dedicar el tiempo del fin de semana después del trabajo en la búsqueda de nuevas herramientas cognitivas y procedimentales para mejorar la técnica y el arte del docente en ejercicio en la sociedad contemporánea, dominada por las redes sociales y el docente google que todo lo sabe, y logra que es discípulo que le sigue le crea y le siga seguro de lo que le dice es cierto, cierto de certeza absoluta, con posturas defensivas de lo aprendido pues proviene del sabio google.  La argumentación termina anclada a las experiencias vivenciales, de giros avances y retrocesos en el logro de metas personalísimas del docente en ejercicio, eventos formativos que le marcaron, referentes que le dejaron huellas indelebles en su percepción del trabajo de enseñar, en los ambientes llamados aulas de clase, no se manifiesta abiertamente el deseo de imitar, más nos parece que, el deseo de imitación de conductas observadas en otros docentes sobre todo los que le dictaron clases permanecen en su construcción del deseo de mejora personal. La enseñanza de lo que se cree saber, se transforma en ser lo que se cree no ser, no es en cuanto le falta un algo que busca con real deseo, no solo basado en la ciencia pedagógica como también en la dialéctica con los iguales que le fortalecen el ser docente no solo como palabra y oficio, como también en praxis y practica del oficio, esa transición la busca el docente investigador y espera lograrlo en conjunto con otros que son sus iguales sin serlo. No se trata de conocimientos inconexos, se trata la armonización de las formas cotidianas, del sistematizar los conocimientos de los saberes ordenados lógicamente, en el mundo de la reconstrucción de los órdenes de la misma naturaleza a la propia ciencia de la educación, caracteres que son homogéneos y requieren del manejo consciente del docente de lo que obtiene y lo que produce en su realidad pedagogía. El cartón que le acredita el grado no solo proviene de la certificación, proviene de la certeza de sus fortalezas personales y colectivas que le permiten avalar lo que explica en sus clases, el conjunto de experiencias personales le fortalecen en el camino recorrido que se continua en el tiempo, esperando que esas fortalezas crezcan se mantengan y produzcan los frutos para si y para los estudiantes que buscan la libertad mediante el conocimiento. El espíritu mismo de la filosofía del mundo y de una postura personal ante el mismo, que forma parte del docente investigador en sus actos cotidianos de trabajo intelectual, estos hechos científicos cumplen la función de los resultados en la confirmación o la refutación de lo actuado, estos elementos aportan desde el punto de vista teórico en cuanto lo que necesitamos en el desarrollo teórico, entendiendo los factores externos al aula de clase que interactúan en hecho pedagógico y su éxito o lo contrario. La capacidad de producir las mejoras desde la investigación vinculante y vinculada en la realidad estudiada en la cual se transforma en un actor trasformador de la realidad por la motivación personal y colectiva, esas razones que hacen que se desarrollen competencias no solo como herramientas que pueden ser articuladas en la búsqueda de la calidad, entendiendo esa calidad como nivel mensurable en el acto trasformador de la realidad estudiada. “Los hombres no están en sociedades para decirse que tienen necesidades… sino para consultarse sobre los medios de satisfacer sus deseos, porque no satisfacerlos es perecer… no es hacer cada uno su negocio… sino pensar cada uno en todos, para que todos piensen en él…” Concebir, crear y comunicar sobre las realidades sociales en términos del otro, otro que tiene la capacidad de decirlo, ese que dice a su manera y le interpretamos a la nuestra, entendiendo que cada ser humano es un mundo, el maestro no inculca al estudiante el conocimiento, pues rechaza que su mente sea un receptáculo, entendiendo la dignidad como un acto prioritario por derecho natural, este reto de respetar al otro desde el yo respetuoso creemos es básico en el ejercicio del docente investigador. La colonización cognitiva pudiese bloquear el crecimiento personal, solo con la toma de conciencia del mundo externo y su relación con el mundo interno lograra los resultados esperados.