jueves, 9 de febrero de 2017

El miedo a descubrirse desnudo.

Un temor natural que nos ataca y nos inmoviliza, todos tememos a nuestra propia ignorancia que convencidos como estamos que es muy grande nos limita, no queremos desnudarnos en nuestra relación intelectual con otros, no nos confesamos y si lo hacemos es en ambientes cerrados ante la persona en la cual confiamos nuestros más profundos temores, argumentar creyendo que sabemos es básico para todo pensador que piensa, no aquel que dice pensar pero solo juzga el pensamiento de otros desde su propio pensamiento ego centrista bien vestido y abrigado con casos de fuertes armaduras impenetrables, el complejo bio-pólitico por no decir políticamente correcto, la academia como campo nudista funciona bien pues todos se sienten seguros con sus argumentos pelotudos, ese temor de no expresar con sencillez natural y fluida para ser realmente visto por los oyentes que no ven por su propio temor a su propias desnudeces, es en ese instante de locura verborreica que todo vale y no vale pues te condenas por tu propia boca, el dialogo disidente y convergente, los sistemas inmunológicos de supervivencia entre iguales muy desiguales por cierto se regocijan felizmente y saltan sin vergüenza-mente, lo dicho anteriormente busca darme fuerzas para expresar mi deseo a los estudios posdoctorales sin titulación formal arbitrada, pues el arbitrio de la propia conciencia no condena pues la condena es muy severa , el suicidio o el auto dirigido hacia la figura del conductor es imposible, solo es posible desplazar el cuerpo hacia ese abismo destructivo, réquiem para una placenta auto desechada, suena fuerte pero imposible, el canibalismo aplicado a  uno mismo debe ser muy doloroso, la pregunta es por donde empezar el banquete, el terrorismo por el medio del medio ambiente suena fuerte, lo prenatal en el mundo real que presiona y juzga, la ira como respuesta a la injusticia, es el fin del todo la ira del Todopoderoso, esa división de clases y subclases o estamentos que por ser estancos son muy difíciles de escapar ni siquiera por el esfuerzo sobrehumano de pensar con claridad en lo que esto es posible con las limitaciones propias del propio ser humano, esta luz en la caverna sin ser cavernícola, siendo un ser de la posmodernidad manteniendo la mente en el renacimiento y el surgimiento de la Academia, es guardar silencio el llamado “silencio de los inocentes” que a la vez son culpables por el llamado pecado original, es preparar las partes más innecesarias para la degustación propia, sin importar la degustación  del vecino igualmente deglutido por si mismo, es la entrada por la boca cuando no es el camino natural para salir pues el pasamiento se hace realidad sonora al salir por donde entra todo lo que alimenta el cuerpo, guardar silencio es imposible en la sociedad actual que espera que hables, y si no hablas te enseña el lenguaje de señas para que digas lo que solo entienden los que saben señas, es aplaudirse en silencio como arte de mariposas que salen de gusanos después de su trajinar por el ras del piso o en las ramas de los arboles.