jueves, 1 de marzo de 2018

Todos los perros son babosos y no por culpa de Pavlov.


Este pensamiento que trata de argumentar sobre lo condicional o condicionado con relación a la saliva producida por los perros, todos ellos sin haber conocido al científico ruso, creemos que la condición de babosos no dependen de la convivencia con humanos (1) convivencia que si puede influenciar en las baboserías (2) humanas (3), confieso me, que he tenido perros, los cuales no sé si puedo culparlos de mis babosadas (4), claro he de decir en mi defensa que nunca o por lo menos no me acuerdo haber intercambiado el fluido babosico  (5) con ellos, los litros de fluido que he producido en su mayoría se han mantenido prisioneros en el sistema, claro no todo su contenido babosiano, pensando que una parte importante se ha perdido por allá (6), previendo una posible demodulación cognitiva conductual por influjo de los grafos (7), por cierto no he diseñado grafitis (8), pues mi época transgresora hace tiempo paso, claro en momentos me ataca la nostalgia de lo perdido (9), momentos sobre todo del compartir con los que transitan por esta etapa de la vida tan hermosa por su infelicidad traumática (9) y traumatizante, no es mi caso por cierto, en este momento catártico producto del dialogo interno producto de estar hablando de perros, no las féminas de la especie, pues se pueden poner bravas y mordernos, con el consecuente daño al contenedor anímico (10), sumergirse en la manada tiene sus riesgos (11), ser manada con sus normas estamentarias realmente es lo que me motiva a pensar sobre esta temática (12), pensamientos desde mi propia ignorancia que no me cansa proclamar a diestra y siniestra (13), es decir no fue intencional la referencia a lo baboso de lo canino a lo baboso de lo humano, gracias al internet puedo un poco designo rizarme sin temor a la represión de la maestra (14), la prisión significante de todo lo vivido no permite a mí no por mi sino por otros, lograr la comunicación efectiva, comunicación que parece ser efectiva pero con el análisis frio (15) demuestra que no fue como pensaba, análisis que nace de la afirmación “mi perro no babosea”, perro excepcional pues se contiene, contención muy humana de la vida perruna, el perro traga seco, solo ese perro (15) , fistulas sirven para medir porquerías (16), inclusive para el sabio que se volvió además de sabio famoso por las babas de su manada (17) irregular, de lo antes dicho me nace una nueva, para mí por cierto, maldición gitana, entre babosos te veas, que puede ser traducido vete a que te besen los perros, que no besan lamben (18), como no lambo por no querer ser lambucio (19) solo un poco lambón (20), al final tanto cuento para poder medio entender que todo las balbuceadas son solo proyecciones del inconsciente que esputan lo escondido en la mente del escupidor al que le dicen “habla o calla para siempre” (21), pobres canes, pobres canosos, pobres pingos, pobres pringosos, que por babosos quedaron condicionados, pero como sabemos o creemos saber, no hay mal que dure cien años ni cuerpo baboso que lo resista (22).